1. El que mucho abarca, poco aprieta: Es frecuente que los emprendedores queramos estar en todas las redes y terminemos estresándonos por la gran cantidad de contenidos que hay que generar, replicándolos o, peor aún, no publicando nada.
Pensá en tu público. ¿Qué redes usa? Pensá en tus contenidos: ¿Cuál de las redes contará mejor lo que querés comunicar? Por ejemplo, si tenés un emprendimiento de indumentaria joven y querés involucrar a tus consumidores en el proceso creativo, Instagram con su feed e historias no puede faltar. En cambio, si tenés una venta de productos de panificación, quizás lo que necesitás es una pagina en facebook.
2. Planificación: Es conveniente armar un calendario de contenidos. Esto te va a permitir ahorrar tiempo, elegir con mejor criterio qué publicar y tener tiempo extra para generar contenidos en tiempo real, sumándote a tendencias acorde a tu marca. Recordá que Facebook, desde su propia plataforma, e Instagram, con herramientas como Onlypult, por ejemplo, permiten programar los contenidos con mucha antelación.
3. Fotos: Existen bancos de imagen gratuitos con un amplio catálago (Unsplash y Pexels, por ejemplo). Si te animás a sacar tus propias fotos, tratá de hacerlo con luz natural.
4. Horarios: Pudiendo programar, el horario no es una excusa. ¿Cuándo se conecta tu público? Facebook te permite analizar en sus estadísticas los horarios de conexión de tus seguidores. Además, pensá, en función del objetivo, cuándo conviene contactarlos. Por ejemplo, si tenés un e-commerce de ropa de niños, probablemente sea una buena idea hacerlo a la noche, cuando los chicos se durmieron y los padres tienen tiempo de conectarse.
5. Textos: Tratá de que sean lo más cortos posible y pedí solo una acción por publicación. ¿Querés que respondan a una pregunta? ¿Que voten? ¿Buscás redireccionarlos a un link? Recordá que si los llevás a otro lado a través de un enlace, quizás no vuelvan, por lo que te recomendamos ponerlos al final.
#YAPA: Probá, medí, volvé a probar. Las redes te permiten mucha flexibilidad.